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Con el relevo en la dirección del Departamento de Obras Públicas de Peekskill, han surgido numerosas conversaciones sobre el problema de la basura en la ciudad.
Catalogado como un asunto de “calidad de vida”, ha sido un tema recurrente en discursos de campaña y publicaciones en redes sociales. Peekskill podría tomar como ejemplo a su ciudad hermana, Cuenca, Ecuador, para abordar esta situación.

La creatividad, el ingenio logístico y la visión son pilares de la designación de Cuenca como una de las ciudades más limpias del mundo
Sus estrechas calles de adoquines, con más de 500 años, no permiten el uso de la maquinaria pesada que otras ciudades emplean para mantener limpias sus vías.
Las autoridades cuencanas encontraron una solución no mecánica para recorrer tanto el centro histórico como las zonas residenciales. Hace unos 25 años, con la creación de EMAC — una empresa municipal encargada de mantener verdes los 235 parques y limpios los 4,1 kilómetros cuadrados de áreas verdes de la ciudad—, comenzó la contratación de personal para recorrer las calles, en turnos de ocho horas, con uniformes y herramientas para recoger basura.
EMAC (Empresa Municipal de Aseo de Cuenca) fue fundada para servir a la ciudad mediante la gestión integral de residuos sólidos y áreas verdes, con el objetivo de lograr una urbe saludable, verde, circular y ambientalmente consciente.
Esa ambiciosa misión se guía por la visión de “ser una empresa regional sostenible, un modelo latinoamericano en gestión integral de residuos sólidos y áreas verdes, que innova promoviendo de forma continua la circularidad económica, la sostenibilidad ambiental y la resiliencia al cambio climático”.
EMAC está dirigida por María Caridad Vázquez, quien asumió el cargo hace dos años, después de siete años en la división de planificación de la ciudad. Posee una maestría en administración de empresas en el sector público. En una entrevista con Peekskill Herald el 21 de marzo de 2025, explicó que el presupuesto anual de EMAC, de 30 millones de dólares, se financia con un recargo en las facturas de electricidad y otro en las líneas telefónicas fijas. Sin embargo, con la llegada de los teléfonos móviles y la disminución de líneas fijas, esa fuente de ingresos se ha reducido de manera constante en la última década.
Para el próximo año, se prevé que EMAC implemente un nuevo impuesto a los propietarios que arriendan viviendas, para reemplazar los ingresos perdidos por la caída de líneas fijas. Vázquez señaló que investigadores de la Universidad de Cuenca elaboran un plan de negocio para la empresa de aseo que determine la mejor forma de aplicar ese impuesto.

La entidad emplea a unas 330 personas, lo que representa dos millones de dólares del presupuesto total de 30 millones destinado a la recolección de basura y mantenimiento de parques. De ese total, 190 trabajadores se encargan de operar los camiones que recogen la basura embolsada y clasificarla una vez recolectada. Los 140 restantes trabajan en áreas administrativas, técnicas y operativas.
El principio rector de EMAC, plasmado en su declaración de visión, se enfoca en promover de forma continua la circularidad económica.
Un pilar de esa visión es la educación. Y esta comienza en las escuelas primarias de Cuenca. Allí, el objetivo es enseñar a los niños sobre la importancia de mantener limpia la ciudad. La campaña educativa comenzó hace 18 años, cuando una fundación sin fines de lucro asociada a EMAC organizó un concurso público para crear la mascota de los barrenderos de calles. Un arquitecto ganó con el diseño de una pequeña hormiga verde, limpia y buena para el trabajo en equipo.
Foto: La mascota, Chua, llega puntual a su labor de mantener la ciudad limpia. Su nombre significa “pequeña hormiga” en kichwa.
La mascota participa en la educación escolar a través de una revista dirigida a niños y financiada por la fundación educativa y empresas privadas. Cada año, el contenido gira en torno al concepto de la responsabilidad de mantener limpia Cuenca.
Los barrenderos de calles visten uniformes verdes, mientras que quienes se dedican al reciclaje llevan uniformes azules y forman parte de una organización nacional con la que EMAC mantiene un acuerdo económico. Casi todas las 200 personas que recolectan y reutilizan plásticos y papel son mujeres.